LA SOMBRA DEL CAUDILLO

Por Ambrocio López 27/04/2017 05:04:46.
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Martín Luis Guzmán (1887-1976) fue un escritor mexicano. Su experiencia de combatiente en la Revolución Mexicana marca toda su narrativa que, aún con acierto, la fría objetivación de los hechos con una prosa sobria y llena de vigor y lirismo, de gran rigor histórico y sociológico, sin caer en la mera crónica. Los personajes que destacan en su obra son: el caudillo, Ignacio Aguirre, Axkaná González, Hilario Jiménez, Oliver Fernández, Julián Elizondo y Rosario. Su



trabajo refleja la etapa política mexicana que va presentándonos los acontecimientos y el ambiente de dos sucesiones presidenciales que se bañaron en sangre.

La novela empieza cuando Ignacio Aguirre va platicando con su amigo Axkaná en un Cadillac; Aguirre le pide a Axkaná que hablé con Olivier ya que Aguirre no quería aceptar la candidatura para presidente. Ya que el “caudillo” ya había elegido su sucesor y este era Hilario. Así que no había mucho que hacer. Axkaná baja del auto y Aguirre sigue su camino, hasta percatarse de que por la calle va caminando Rosario, la muchacha con la cual él tenía intenciones. Así que le dice que si puede acompañarla en su paseo y se van caminando hasta que la lluvia impide que continúen con su paseo. Ya en el carro de Aguirre, él la abraza y la besa, al principio ella se enoja, pero después se acurruca en su pecho. Al siguiente día Aguirre y Axkaná recogen a otro de sus amigos, Tarabana.

Según el reporte e interpretación de la novela elaborado por Dulce Yazmín Gallegos Jáuregui, tuvieron una comida con gente muy importante de la política y altos funcionarios. Ahí Encarnación Reyes trató de convencer a Aguirre para que aceptara la candidatura. Hubo un brindis en el cual todos estaban emocionados porque decían que el próximo gobierno sería para todos. Es aquí en donde Axkaná habla con Olivier y discuten el porqué de que Aguirre no quiera aceptar la candidatura, al final los dos acordaron que Aguirre, aunque aceptara después, procedería. Al finalizar la comida se dirigieron hacia casa de “la Mora” en donde bebieron y platicaron sobre política; Olivier quería poner ebrio a Aguirre para que este le soltara la información que él quería, sin embargo, no lo hizo.

Se iban a realizar elecciones así que todos andaban muy emocionados, comenzaron las fiestas, entrevistas, apuestas sobre quién sería el próximo presidente, Aguirre o Hilario. Políticos militares hablaban con Aguirre al oído, el lenguaje de todos era el mismo, y luego iban a ver a Hilario ante el cual repetían las mismas palabras. Un día Aguirre fue a buscar al Caudillo para ofrecerle una disculpa. Además, trató de demostrarle que a él no le importaba la presidencia lo cual el Caudillo no le creyó. Después se fue para casa de Rosario, para sentirse mejor después de la discusión que tuvo con el Caudillo.

Aguirre mandó buscar a Axkaná para contarle sobre su plática con el Caudillo. Axkaná vio muy triste a Aguirre ya que el Caudillo no le había creído y por chismes que le habían llegado. Para Axkaná esto era algo muy lógico y fue por eso que no comprendió porque Aguirre se puso así. Él estaba de acuerdo con el caudillo la amistad y la política no van de la mano. El Caudillo apoyaba a Hilario y no había nada más que hacer, excepto hablar con Hilario. Y así fue habló con Hilario y le dijo que a él no le importaba la presidencia, él tampoco le creyó del todo así que le pidió que se lo demostrara por medio de quitar a Reyes del mando de las tropas de Puebla y poner en su lugar a quien Hilario quisiera.

Con esto Hilario quería que este Reyes supiera que Aguirre estaba de acuerdo y que el Partido Progresista lo proclamara rápido y si no que lo dejara a Axkaná. Esto a Aguirre no le pareció ya que sería como entregar a sus amigos, le dijo que renunciaría a la Secretaría de Guerra, pero sería lo único y Jiménez no acepto. La gente comenzó a desconcertarse por si Aguirre aceptaba la presidencia a o no. Muchos diputados se volvieron hilaristas. Olivier al ver lo sucedido planeó y comentó con Agustín Domínguez, Correas, y Catarino, cambiar de candidato a Hilario, pero Hilario tenía que aceptar cuatro cosas: dos tercios del total de curules del futuro congreso, el control de los poderes locales y municipales, el ayuntamiento de la ciudad de México y la mitad de las carteras del futuro gabinete.

E Hilario aceptó y se realizó una convención para dar a conocer al candidato, sin embargo, después se arrepintió y dijeron que todavía no había candidato. Después se realizó un mitin, por Catarino y Olivier, en favor de Hilario, Axkaná se coló a este para oír lo que se decía. Al término de este se hizo una comida en ésta había un detalle muy curioso porque los vasos tenían escrito: “Banquete para celebrar la designación del General Hilario Jiménez como candidato del partido Radical Progresista del Estado De México” lo cual no era cierto ya que aún no se decidía quien iba a ser el candidato para presidente.

Ya pasados de copas se empezaron a ir de la lengua y Catarino le comentó a Olivier que estaba planeado irse a favor de Hilario, éste se enojó y comenzaron a discutir y eso terminó en un pleito con todo y balazos. En el momento que Fernández respondió a los sucesos de Toluca antes de un día, era muy poderoso y tenía de su parte a la mayoría de la cámara de diputados al igual que la de senadores lo que hizo que el Caudillo lo tomara como un reto personal. Al anochecer Axkaná se fue en busca de Correa donde creyó que talvez podría encontrarlo. No estaba, sin embargo, se topó con seis hombres algo sospechosos.

Luego se dirigió a “la casa de las niñas”, entró y no vio a nadie, oyó ruido y al salir vio que su carro ya no estaba, sino que había otro con otro chofer. Este le dio una explicación algo extraña sobre por qué no estaba ya su carro, pero aun así Axkaná se la creyó. Ya adentró Axkaná le pidió que lo llevar a un lugar y este no obedeció y disminuyó la velocidad, y fue entonces que alguien le apuntó con un arma en la cabeza y lo vendaron. Se lo llevaron al desierto donde lo torturaron. Mientras tanto hablaba con Aguirre sobre unos terrenos le lavó el cerebro a Aguirre y este accedió a llevarle los papeles para firmar. Después “la Mora” entró a la oficina y le dijo a Aguirre lo que había escuchado sobre Axkaná, desierto, tequila.

Este habló a casa de Axkaná donde le informaron que este estaba agonizando y se fue para allá. El doctor le informó que lo que él tenía era por beber tanto tequila a fuerza y golpes que tenía una intoxicación. Aguirre citó a Zaldívar, lo desarmó y con un embudo lo iba a hacer tomar tequila como lo había hecho con Axkaná, pero antes de que esto pasara Zaldívar le dijo que confesaría sólo si le prometía que él estaría protegido, y aceptaron y firmaron un acuerdo. Aguirre fue a enseñarle estos papeles al Caudillo, pero este no creyó en la autenticidad de estos y esto le molestó a Aguirre y renunció a su cargo. Lo que hizo el caudillo fue hacer que publicaran en el periódico que Aguirre era un traidor y mentiroso.

Aguirre para tratar de limpiar su nombre llevó a declarar a “la Mora” pero la policía no quiso tomar en cuenta su testimonio; también llevó a Zaldívar sin embargo este negó todo y la policía dio por hecho que él no había tenido que ver con lo de Axkaná. Durante un discurso Olivier denuncia que es un impostor y este a su vez lo denuncia por enriquecerse con los fondos del estado. Nieto acusa a Aguirre de corrupto y Mijares publica una historia de insinceridad en contra de Hilario. Luego el General Leyva platicó con los líderes hilaristas y estos le dijeron que los aguirristas tenían más de la mitad del quórum; así que Leyva ordenó deshacerse de algunos diputados los cuales eran un estorbo, algunos de estos eran: Olivier, Axkaná, López de la Garza y Mijares; mientras ellos festejaran los matarían.

Así fue como el plan se llevó acabo. Se comenzó a nombrar a cada uno de los líderes Aguirristas y cada vez que se gritaba ¡viva Aguirre! Se escuchaba ¡muera! Se dieron cuenta que estaba presente Canuto Arenas y sus acompañantes por lo que el ambiente se puso tenso y empezó una discusión entre el aguirrista Cañizo y un hilarista el cual llevaba ventaja ya que tenía una pistola en el bolso y le disparó a Cañizo. Al ver lo sucedido Olivier mandó cerrar las puertas hasta que se encontrara al asesino. Hubo más incidentes de esa magnitud, hasta que se descubrió que el asesino había sido el chofer de la Secretaría de Gobernación. Eso quiso decir que el complot en contra de los aguirristas falló.

Los aguirristas hicieron don estrategias: que no se mandaran tropas y que se utilizarían personas inactivas, y el uso de armas de inmediato. Quedaron en que Aguirre daría la hora exacta del levantamiento de armas y que esa junta se mantendría en secreto. El Caudillo e Hilario yo no sabían cómo evitar lo inevitable. Comenzaron las elecciones y el edificio se llenó de aguirristas. Cuando terminó el motín, Aguirre regresó a su casa donde se encontró con el Jáuregui y los previno y les dijo que tenían que movilizarse a Toluca donde los esperaba Elizondo. Se le avisó a López de la Garza y a Reyes. Se fueron a Toluca según lo planeado con $20,000. Contarían con el apoyo de 4,000 hombres, pero en lo que los conseguían, ellos serían su protección. Estos empezaron a beber.

El capitán llegó a Toluca y detuvo a todos, los trasportaron en camiones al cuartel. Aguirre comenzó a pensar que sí Elizondo los traicionara él iba a salir beneficiado, fue entonces que vio en el periódico publicado su levantamiento en armas. Se los llevaron y en el camino se atravesó un carro y de ahí se bajaron Leyva, Manuel Segura y Arenas. El coronel dio órdenes de que se les bajara del camión y ya abajo interrogaron a Aguirre y a los demás los amarraron. Olivier trató de irse y Arenas lo golpeó, la labor se suspendió después de que Segura y Arenas se calmaron. Aguirre estaba tranquilo al contrario de Cahuana quien golpeó Segura y este le disparó.

Se los llevaron al cerro donde los iban a fusilar. Ahí Aguirre comenzó a insultar a Segura y este le disparó y todos aprovecharon para escapar menos Axkaná; Segura ordenó atrapar y matar a todos. Segura le disparó a Axkaná y este cayó a lado de su amigo. Vio como mataban a todos y el trató de escapar sin embragó lo atraparon. En los periódicos salieron los sucesos de ese 5 de diciembre donde el General De División Ignacio Aguirre falleció a causa de la traición de Elizondo, tal y como él sospechó. Tiempo después, Segura con el Cadillac de Aguirre, fue a una joyería y compró unos aretes de diamantes con valor de $20,000. El encargado notó que estaba llenó de sangre, pero Segura se le quedó viendo de una manera intimidante y el encargado ya no dijo nada; salió de la tienda y se fue en el Cadillac.

Correo: amlogtz@gmail.com





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